jueves, 14 de septiembre de 2017


DISCIPLINA POSITIVA

                                                        Jane Nelsen
Algunas Herramientas básicas.

1. Amabilidad y firmeza juntas evitan el autoritarismo y la permisividad. Cuando no surtan efecto ofrezca opciones. "Sé que quieres jugar a los videojuegos pero tu tiempo terminó. Podemos dejarlo o la tendré que guardar".

2. Conecte emocionalmente antes de corregir al niño. "Te quiero, pero la respuesta es no".

3. Reuniones familiares. Fomentan la cercanía y la cooperación de toda la familia. Se trata de buscar soluciones, compartir sentimientos y debatir, con respeto y sin buscar culpables, los asuntos que han ido surgiendo.

4. Preguntar en lugar de dar órdenes potencia el desarrollo de un pensamiento propio en el niño. "¿Qué tienes que hacer para que no se te piquen los dientes?", frente a "lávate los dientes".

5. Confiar en el niño le ayuda a creer en sí mismo. "Veo que no es fácil, pero creo que si lo intentas otra vez puedes lograrlo".

6. Motivación. Un niño que se porta mal es un niño desmotivado, que no se cree aceptado o valorado.

7. Evite consentir en exceso para que no desarrolle la creencia de que se debe hacer todo por él. Si el niño se identifica con "yo soy capaz", se siente más preparado para afrontar las dificultades.

8. Cálmese antes de tratar de solucionar un conflicto. Es mejor esperar a que el ambiente sea más tranquilo y se haya recuperado la capacidad de razonar.

9. El ejemplo es la mejor enseñanza que recibirá su hijo. ¿Si usted no maneja su conducta, considera que el niño lo hará?

10. Cumpla con lo que dice o de lo contrario el niño aprenderá que no tienen valor sus palabras.

11. Exponga qué hará y no entre en luchas de poder. "Cuando la mesa esté puesta, serviré la cena".

12. Valore las conductas positivas y los logros. "¡Qué bien y qué rápido te has puesto la ropa hoy!".

13. Ante los berrinches trate de pedir un abrazo a su hijo con la excusa de que usted lo necesita. El resultado puede ser sorprendente.

14. Ayudar en casa. El niño se siente integrado, desea contribuir y desarrolla nuevas habilidades y capacidades.


15. Mire a su hijo a los ojos cuando le hable. Sólo en ese momento en el que haya establecido contacto visual comience a conversar. Es más factible que escuchen de este modo que si les lanzamos las órdenes a gritos o desde la otra punta de la habitación.