Mi madre es una fenómena y cuando éramos pequeños fue una gran pedagoga, sin estudios. Sólo madre. Estas son algunas de su perlas:
- Nunca os metáis con los hijos de los demás, nada duele como un hijo
- Antes de reñir a un niño, ensaya, ensaya de varias maneras para no hacerle daño y conseguir tu objetivo.
- Si los demás hacen algo mal y son tontos, si tú haces lo mismo eres igual de tonto.
- Educa en la carencia, para valorar más la tenencia.
- Y su ejemplo fue ejemplificar:
- Primero los hijos y luego ella. Pudo dormir meses en un sofá para acompañarme en el hospital, y comer de bocadillo todos los días. Y nunca oí un lamento.
- Nunca le dolía nada como madre, o no lo mostraba, hasta que fuimos mayorcitos.
- Me enseño a honrar y respetar a los maestros, hasta que nos convertimos en uno de ellos.
- Hijo, "lo que seas antes de ir a la mili eso es lo que serás"
- Nosotros sus hijos éramos sus condecoraciones. Nuestra felicidad era la suya. Nuestros hijos, sus nietos, era su segunda juventud.
- La comida, se reparte primero para los hijos, y si no llegaba para todos ella no comía, o comía las sobras.
- Nos enseñó a ahorrar, "las cosas se comprar por arrobas pero se gastan por onzas" nos solía decir.
- Me enseñó a ser agradecido, y a respetar a los grandes: Don Ángel, Don Eladio, Don Juan.
- Lucho, sin éxito, por enseñarme a vestir e incluso a peinarme, cada pelo de mi barba fuera de lugar le incomodaba.
- Ejerció durante años de psicologa al otro lado del teléfono, su escucha era sanadora.
- Utilizó el sexto sentido, y siempre con acierto.
- Recuerdo, cuando en verano votábamos por la mejor madre de la "urba" (urbanización) y se llevaba el primer premio, junto a Ana , la del Sr. Arsenio.
- Cuando son pequeños los niños con una manta los tapas a todos, cuando crecen necesitas una manta para cada uno.
- Vivió la postguerra y nos decía viajábamos con un pie en la cárcel y el otro en el cementerio.
- Nos dejó en herencia lo mejor, una honrada profesión a la que amar.
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