Este curso como siempre después de ya 22 años, he comenzado no con mucha sino con muchísima ilusión.
Me decía un buen amigo, será porque no te queda más remedio, y yo le respondía que no, que no, "¡qué estoy especialmente ilusionado": Nuevos niños, nuevos padres, padres que confían mucho en mi, niños que no se separaban de mi en la piscina, cuando a esa edad a un maestro cuanto más lejos mejor.
Otro día, le preguntaban a mi hijo ¿Tienes ganas de comenzar las clases? y mi hijo en un arrebato de sinceridad contestó :"Por supuesto que no"
A lo cual le contestaron, con una cariñosa ofensa hacia mi: " No si aquí el único tonto que quiere comenzar a trabajar es tu padre"
Yo reconozco que lo tomé como un halago. Pues si yo soy ese tonto que le gusta empezar su trabajo... o debería decir ese privilegiado
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