HOY Carla, se hizo una herida en el recreo, del tamaño de la cabeza de un alfiler. Carla vino a mi , me lo enseño y la limpié con un pañuelo, nuevamente vino, y simulé que le limpiaba, upe son había nada que limpiar, una tercera vez volvió y me dijo que su mamá tenía un agua mágica que curaba.
Le dije, ven, hija, que yo tengo también ese agua mágica, y le llevé al servicio y le eché un poco de agua oxigenada.
Nuevamente volvió, y antes de hablar la niña, y debido a su insistencia, le dije, venga Carla vete a jugar. A lo que la niña de 4 años me respondió, "Teacher, solo quería darte las gracias, por curarme".
Después de mirar a mi compañera de patio, morderme la lengua, y darme cuenta que había metido la pata, me fui a por la niña y le pedí un beso.
Las meteduras de pata solo sé arreglarlas con besos y abrazos.
Otra lección más. Gracias Carla
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